"Es que todo esto deberían enseñarlo en la escuela".
Dando una clase como docente en un curso de formación profesional, una compañera soltó ésta frase, la cual resonó en la sala como un trueno en pleno verano. Acababa de explicar cómo funciona el sistema límbico durante un taller de gestión emocional, como todo venía porque como monos en las cuevas necesitabamos estar alerta por si "nos atacaban" y de una...aquí estamos, "desarrollados, (in)evolucionados, y con el mismo estrés que si un león viviera debajo de nuestras camas. Y esta alumna, ojiplática, soltó esa verdad que me persigue desde hace unos días y que me lanza a este escenario, el cual llevo tiempo planteando..
Imagina que te hubieran explicado en el colegio por qué tu cerebro a veces parece tu mejor aliado y otras tu peor enemigo. Por qué hay días en los que te sientes capaz de comerte el mundo y otros en los que apenas puedes salir de la cama. Por qué recordamos perfectamente esa cosa vergonzosa que hicimos hace diez años, pero olvidamos dónde dejamos las llaves hace cinco minutos.
Como educador social, he visto demasiadas veces cómo la gente se machaca por no entender sus propios procesos mentales y emocionales. Nos enseñan la fotosíntesis de las plantas, pero nadie nos explica por qué nos bloqueamos ante un examen. Sabemos más sobre la composición de las estrellas que sobre cómo gestionar nuestra ansiedad.
Mira, voy a ser sincero: estoy hasta el capirote de ver cómo la neurociencia más útil se queda atrapada en "papers" que nadie lee y que sólo buscan citaciones varias; mientras en redes sociales triunfan consejos sacados de una galleta de la suerte y de superhéroes con menos tablas que Indiana Jones en una Rave. De ver cómo la gente sufre intentando "controlar" sus emociones, cuando ni siquiera entienden cómo funciona su propio sistema emocional.
Y no, no soy un gurú del mindfulness, ni un coach con promesas mágicas. Soy un educador social que lleva años trabajando con personas reales, en situaciones reales, enfrentando problemas reales. He visto cómo brilla la mirada de alguien cuando por fin entiende que su cerebro no está estropeado, sino que solo está haciendo exactamente aquello para lo que está programado.
¿Sabías que tu amígdala cerebral no distingue entre un león que te persigue y un email pasivo-agresivo de tu jefe? ¿O que tu hipocampo puede estar saboteando tus intentos de cambio solo porque está intentando mantenerte a salvo? ¿O que esos pensamientos intrusivos que tanto te preocupan son tan normales como tener hambre o sueño?
Este blog nace de la frustración. Frustración de ver cómo la gente se tortura por no entender procesos que son completamente normales. Frustración de ver cómo el conocimiento más valioso sobre nuestro funcionamiento mental se queda encerrado en torres de marfil académicas. Y sobre todo, frustración de saber que podríamos ahorrarnos tanto sufrimiento si alguien nos hubiera explicado cómo funciona nuestra propia mente.
Aquí vamos a hacer algo diferente y abstracto. Vamos a indagar en los misterios de tu cerebro, sin palabros técnicos innecesarios. Vamos a entender por qué tus emociones a veces parecen una montaña rusa, y por qué eso es perfectamente normal. Vamos a aprender a trabajar con tu mente, no contra ella.
Pero quedas avisado/a: esto no es otro blog de autoayuda con soluciones mágicas. Aquí veremos ciencia seria traducida a lenguaje humano (no-máquina). Experiencias reales de personas como tú (y yo). Y sobre todo, herramientas prácticas que puedes empezar a usar hoy mismo. Si te da por ahí, claro.
¿Listo para entender por qué eres como eres? ¿Para descubrir que esos "defectos" tuyos son en realidad mecanismos de supervivencia que hicieron un trabajo demasiado bueno? ¿Para aprender a hackear tu propio sistema operativo mental?
Ponte cómodo/a. Por que puede que este sea un viaje fascinante (o no) al centro de tu mente.
De momento, gracias por venir. Por que como todo inicio, con leer estas palabras...ya está cambiando algo.
Bienvenido/a